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lunes, 27 de junio de 2011

Evo Morales, “legaliza el robo” en Bolivia

 

Web de la cancillería brasileña habla de la “legalización del robo” en Bolivia



        La página web del Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil -cartera dirigida por Antonio Patriota (foto)- incluyó un artículo crítico hacia la reciente legalización de autos “chutos” en Bolivia. A continuación transcribimos la traducción de la nota, escrita por un prestigioso analista del vecino país.                 

 

La legalización del robo

Carlos José Marques


El presidente de Bolivia, Evo Morales, acaba de instituir uno de los mayores premios a la delincuencia organizada de los que se tiene noticia en la historia humana.
Él decidió legalizar los autos que circulan de manera irregular en su país. Vehículos robados o de contrabando, traídos principalmente de países como Brasil y Chile, se han convertido, de la noche a la mañana en productos lícitos, con la documentación al día y aptos para su uso sin riesgo de confiscación por parte de la policía local. En una estimación conservadora, hay más de diez mil autos robados a brasileños -y vendidos en Bolivia por los bandidos a cambio de drogas- circulando por las ciudades como la capital La Paz.
Aproximadamente cuatro de cada diez vehículos del parque automotor boliviano tienen ese origen. La laxitud de los controles fronterizos, la connivencia de fiscales corruptos y un gobierno que hace de la vista gorda permitieron el avance de un esquema escandaloso del tráfico de vehículos, del que los mayores perjudicados son los verdaderos dueños, las compañías de seguros y la industria automotriz en su conjunto. El fanfarrón Morales, al que le gusta hacer populismo con el patrimonio ajeno, ya se había hecho cargo hace unos años de una refinería de petróleo de Petrobras.
Nacionalizó la planta por la fuerza y a mano grande. Y con poca, casi nula, resistencia de las autoridades brasileñas. Ahora, una vez más, se percibe cierta indiferencia diplomática con esa confiscación. ¿Brasil se calla en nombre de qué? ¿De la llamada buena vecindad? Si las relaciones con los socios de América debe estar guiado por una mezcla de pasividad y grandes perjuicios para los ciudadanos, mejor sería el camino de la represalia.
Morales alienta abiertamente, sin reclamos, un complejo sistema de ilegalidades que da ganancias y mercado a los ladrones, beneficiarios y una amplia gama de criminales -muchos de ellos operando directamente desde las cárceles. La peligrosa concesión puede hundir aún más peligrosamente al continente en el laberinto de la ilegalidad y del subdesarrollo. Precisamente, desde donde el Brasil viene, a todo costo y con mucho esfuerzo, tratando de salir en los últimos años.



http://eju.tv/
y27/06/2011 

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